20121129
Reflexiones sobre el HABITAR
KRISTIN DULANY DEL CASTILLO
FUNDAMENTOS DEL HABITAR
CURSO 2012/2013
El
Habitar
El
habitar es vivir.
¿Cómo vivimos?
Esta
pregunta se podría contestar de varias maneras. Depende de las condiciones
naturales del lugar, la cultura y la historia vinculada. Todas las construcciones están destinadas al
habitar de alguna manera, pensadas para que las ocupen personas.
Lo
especial de la casa es que es un sitio fijo al que volvemos siempre para poder
“recargar” nuestras pilas antes de salir otra vez a la ciudad. Dormir, descansar, comer, cocinar, jugar,
trabajar, hablar, ver la televisión, estar con la familia… son actividades
que realizamos dentro de la casa, y las hacemos en distintas partes de la casa.
Igual que en la ciudad, hay espacios “públicos” y “privados” en la vivienda.
Los públicos se pueden considerar el salón, la cocina, la terraza, etc.; los
privados son las habitaciones y cuartos de baño, por ejemplo.
¿Dónde vivimos? En la casa, el trabajo, el
colegio, la guardería…
La
casa es el lugar donde dejamos nuestras “raíces”, por así decirlo, y la
característica más importante es la comodidad. La forma, los materiales, la luz
natural y las sombras forman el lenguaje de la casa. Nos condiciona la forma de
vivir, y por eso es tan importante su distribución, situación, relación con el
interior y exterior, comodidad, etc.
Sin
embargo, el habitar también toma lugar en la ciudad. Es una obra de arte
cambiante, adaptándose a las necesidades y preferencias de la sociedad. Estamos
continuamente buscando nuevas soluciones para hacernos la vida más fácil, como
un juego que nunca acaba, añadiendo y quitando piezas.
Cada
“pieza” es una condición que nos obliga a vivir de una manera previamente
decidida. Es el trabajo de un arquitecto intentar crear un “mundo” adecuado a
nuestra forma de vida.
Reflexión sobre el habitar/Alejandro Dominguez Navarro
Reflexión sobre el habitar
Habitar es un concepto muy amplio y que puede ser
entendido de muchas maneras distintas, y algunas veces contradictorias. Se
trata de un término muy ambiguo y amplio que crea mucho debate cuando se
intenta definir. Deriva del latín habitare que significa “ocupar un lugar”,
“vivir en él”, de ahí que se defina habitar como “Vivir, ocupar habitualmente un lugar o casa”. Pero si nos tomamos
al pie de la letra esta definición, podemos decir que por el simple hecho de
nacer ya estamos habitando, tomando la Tierra como lugar en el que vamos a
vivir y ocupar habitualmente.
En esta reflexión nos encontramos con un nuevo término,
igual o, si cabe, más ambiguo: el lugar. Proviene también del latín, más
concretamente del término localis, de locus, cuyo significado es “espacio
ocupado, localidad, cargo, posición”, y esta definición introduce un nuevo
concepto a tener en cuenta, el espacio. La palabra espacio proviene del latín
spatium, que es “la distancia entre dos puntos, o él área o él volumen entre
límites determinados”. Por así decirlo, el espacio es aquel sitio en el que
cabe la materia. Por ello, es importante tener claro que un espacio no es un
lugar; sin embargo, un lugar es necesariamente un espacio, pero con una serie
de condiciones añadidas.
Como
todos sabemos, el espacio tiene para nosotros los arquitectos una tarea
fundamental, que es la de jugar ese papel protagonista en la obra arquitectónica.
Pero cuando hablamos de lugar la
cosa cambia. Lugar es un concepto muy
ligado al de espacio, como ya hemos comentado, pero que además encierra más
condiciones que las del espacio en sí. Su etimología ya nos da una pista
importante acerca de esa condición a la que nos referimos.
Nos
topamos ahora con el concepto ocupar. Es este concepto el que básicamente
diferencia un lugar de un espacio. Un lugar implica una ocupación, implica que
haya alguien habitando ese espacio. Es, pues, el término habitar el que acrecienta la idea de un nuevo
elemento en el espacio: el hombre. El espacio gana el valor, el significado y
la condición de lugar con la simple presencia del hombre.
Como en
el pensamiento humanista, es el hombre el que al final dota de valor a las
cosas, y es por ello por lo que el lugar tiene esa condición de lugar en sí
mismo, porque es el sitio en el que se halla el ser humano. Para que un lugar
lo sea verdaderamente, ha de estar habitado por el hombre.
Reflexión sobre el habitar
EL
HABITAR
Karim Gómez Martínez
¿Es necesario escribir un instructivo de cómo
habitar? Parece ser que muchas veces sí. El arquitecto cuando proyecta imagina
una serie de actividades para dar forma al programa y posteriormente al objeto
arquitectónico. Como dice Souto de Moura “para hacer una vivienda tienes 5000
años de casas…” pero la gente ha cambiado la forma de habitar esas casas y no
solamente en el último siglo; estos cambios se han dado paulatinamente y parece
ser que la idea del habitar seguirá evolucionando ahora con la nueva era digital.
Hace unos años, era obligatoria la asignatura
de Civismo en las escuelas de educación básica, pero ahora ha sido eliminada
para dar cabida a temas tan importantes como el ecologismo y el derecho civil.
Entonces en dónde será posible aprender a convivir con el resto de las
personas; porque en muchos casos la casa no es el mejor sitio. Y no lo es porque debido a la explosión
demográfica la casa también ha cambiado: nuestras ciudades de alta densidad nos
llevan a vivir unos sobre otros con
muros y losas cada vez más delgados. Entonces parece necesario escribir tal
instructivo… empero, ¿no es la casa la que debe de responder a las necesidades
del habitante y en vez del habitante actuar conforme le dicta la casa? Debería
ser así, sin embargo, la situación tanto territorial como económica han
provocado la especulación con un tema tan importante como el habitar, cada vez
menos metros cuadrados por mucho más dinero.
Ahora nos queda reciclar, tratar de paliar
los errores, enseñar como habitar pero también diseñar para personas reales y
no para usuarios perfectos: personas de 1.80 y con un comportamiento modelo.
Pensar en el habitante del siglo XXI.
Reflexiones
Reflexiones
No pensamos tal vez demasiado entre cómo el arquitecto
crea un espacio y la forma en que
lo viven los usuarios y poco a plantear la cuestión de lo que la
gente quiere?
¿por qué no vamos a llevar esas "mentes sin
educación" que todavía mantienen intacto el concepto de vivir en la
casa como lugar que mejor puede
satisfacer sus necesidades?
La gente ve a la casa aùn como su proprio lugar donde tiene que sentirse
bien.
Un día, una persona que estava sentada en un banco me dijo:
"Si no te gusta una plaza, un teatro o en cualquier espacio público puede
decidir no ir, pero si no te gusta tù casa si no estas bien en tù pequeño"
refugio "No puedes evitar ir allí!"
Entonces, ¿cómo hacemos, nosotros como los futuros
arquitectos, decir que los usuarios
utilizan "malos" los espacios que hemos creado? , con qué presunción?
Tal vez sería para
revertir este concepto: no hay que crear espacios para "poner gente",
pero encontrar un poco de humildad y comprender
lo que la gente quiere y proyectar.
Creo que està aqui la diferencia entre una casa pensada por
una comunidad y proyectos hechos por un arquitecto que pensa a la forma del
edificio.
FH_2012-2013_Gessica
Sferrazza Papa
Reflexión. Alberto Martínez Carrizo
“LA
DISOLUCIÓN DE LA ESTANCIA”, JOSÉ MORALES ”construir, habitar, pensar” Martin
Heidegger
HABITAR
El
espacio doméstico como algo transformable, producto de la tecnología, de lo
moderno y lo tradicional, de las acciones cotidianas, de los objetos en su
interior, del entorno, de las miradas, en definitiva, del habitar. Término que deriva del latín habitare que significa “ocupar un lugar”,
“vivir en él”,”. Pero, en la actualidad, el concepto de habitar no tiene
límites, es cambiante y transformable. Esto es porque la construcción del habitar
está sometida a ritmos, impulsos y sensaciones.
Según Martin Heidegger, somos en la medida en que habitamos.
La
única posibilidad que el hombre tiene
para ser y estar en el mundo es
habitándolo. Como el mundo en su estado natural no es habitable, al hombre no
le basta su condición individual para sobrevivir, por necesidad tiene que
reinventar el mundo. Inventa una segunda piel protectora que le proporciona un
espacio habitable donde pueda conservar, producir y reproducir su vida. A esa
segunda piel le damos el nombre de Arquitectura.
La función histórica y social de la arquitectura ha sido la creación
necesaria de un espacio humanizado, un espacio hecho a imagen y semejanza del
hombre para que éste sobreviva. Un espacio que el hombre pueda habitar. En este
sentido, creemos que la esencia de la arquitectura radica en ese espacio
interno y las características que debe llenar para satisfacer las necesidades
del hombre. La Arquitectura es aquello que transforma el espacio en lugar. Esa
transformación es la esencia del habitar. Se constituye entonces un programa
arquitectónico, con el fin de plantear formas de
habitar, a través de las que el sujeto llegue a ser capaz de construir una idea y una interpretación de lo que le
rodea.
El espacio habitado se convierte, es una extensión de la
persona, una especie de segunda piel. Casa, cuerpo y mente se encuentran en una
continua interacción; la estructura física, el mobiliario, las convenciones
sociales y las imágenes de la casa permiten y condicionan al mismo tiempo las
actividades y las ideas que se desarrollan dentro de sus paredes, un entorno
creado y decorado como escenario de la habitabilidad. La forma de vida y la cultura, como
elementos del habitar, configuran el espacio y lo transforman según sus
necesidades. Es un ejemplo más de que una vivienda se construye habitándola y
en función de las personas, y no al contrario.
Detrás de la idea de habitar se dibujan tanto las dimensiones privadas e
íntimas del sujeto como los deseos colectivos. Estos factores colectivos
configuran en gran medida el espacio proyectado como espacio habitable. Dentro
del espacio construido, se buscan diferentes grados de privacidad, dependientes
de las actividades cotidianas y de las relaciones sociales con vecinos o la
familia. Aparecen en las viviendas diferentes estancias caracterizadas, además
de por su función, por su grado de privacidad. El conjunto de los diferentes
niveles o grados de privacidad condiciona las acciones cotidianas y las
sensaciones. Es un factor central en el habitar.
No habitamos porque hemos construido, sino que
construimos y hemos construido en la medida que habitamos. El habitar y el
construir están estrechamente vinculados con el pensar, porque, al igual que el
pensar, el construir le da apertura al ser, crea un mundo, un
espacio habitable, y es en el propio habitar donde se percibe el sentido de
este espacio y el pensar acoge e instala al ser. Se configura un espacio
habitable reflejo de cada habitante. Este espacio no se construye y se habita,
sino que se construye habitándolo. El “construir” y el
“habitar” se entrecruzan, pues se unen en un “pensar”, el habitar se convierte
en un proceso a lo largo del tiempo.
La disolución de la estancia. Transformaciones domésticas 1930-1960", José Morales.
Se exponen ejemplos e investigaciones donde se pretende disolver la estancia, como espacio doméstico propuesto por el más puro modernismo, para volverla a componer teniendo en cuenta otros aspectos.
Como alternativa al espacio doméstico industrial y estandarizado del Movimiento Moderno, en el libro se exponen arquitectos y proyectos que partiendo del concepto de vivienda moderna, buscan defender la vivienda como un espacio cambiante sujeto a las transformaciones derivadas del habitar, buscando la completa disolución de la estancia.
En el libro se hace un recorrido cronológico de la evolución de la vivienda moderna entre los años 1930 y 1960. Frente a la propuesta estandarizada del Movimiento Moderno de una vivienda industrializada y estática, surgen una serie de proyectos y tendencias que buscan demostrar que el espacio doméstico es transformable, hasta el punto de poder disolverse.
En el libro se hace un recorrido cronológico de la evolución de la vivienda moderna entre los años 1930 y 1960. Frente a la propuesta estandarizada del Movimiento Moderno de una vivienda industrializada y estática, surgen una serie de proyectos y tendencias que buscan demostrar que el espacio doméstico es transformable, hasta el punto de poder disolverse.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)